La inteligencia artificial en la jurisprudencia
A día de hoy la cuestión del uso de la inteligencia artificial en diferentes áreas de actividad es un tema bastante actual y uno de los más discutidos. Indudablemente, la utilización de la inteligencia artificial tendrá lugar en el área de la jurisprudencia. Naturalmente, surge la pregunta - ¿cómo puede ayudar la inteligencia artificial en la práctica jurídica? Y por supuesto, la cuestión: ¿no desaparecerá la profesión jurídica?
Desde nuestro punto de vista, existen tanto ventajas, como desventajas en el uso de la inteligencia artificial en la jurisprudencia.
Ventajas del uso de la inteligencia artificial en la jurisprudencia
- En primer lugar, la inteligencia artificial es capaz de procesar una gran cantidad de información con alta velocidad y precisión. La jurisprudencia requiere el análisis de grandes volúmenes de documentos legales, decisiones judiciales, legislación y precedentes. La utilización de la inteligencia artificial permite procesar y sistematizar de forma rápida y efectiva esa información, lo que puede facilitar significativamente el trabajo de los juristas.
- En segundo lugar, la inteligencia artificial puede ayudar en la automatización de las tareas rutinarias, tales como la recopilación y la clasificación de documentos, la preparación de documentos jurídicos y el análisis de los hechos del caso. Esto les permite a los juristas ahorrar tiempo y fuerzas, así como concentrarse en tareas más complicadas que requieren un pensamiento creativo o un enfoque no estándar.
- En tercer lugar, el uso de la inteligencia artificial puede reducir el riesgo de errores relacionados con el factor humano.
Desventajas del uso de la inteligencia artificial en la jurisprudencia
La primera y mayor desventaja consiste en que la inteligencia artificial no tiene inteligencia emocional, no es capaz de valorar el trabajo desde el punto de vista ético, y en la toma de decisiones jurídicas, en algunas cuestiones la ética realmente desempeña un importante papel.
La segunda desventaja consiste en el problema de la responsabilidad por decisiones erróneas o injustas tomadas por la inteligencia artificial.
El papel del jurista no sólo consiste en el análisis de la información legal, sino también en una estrecha interacción con los clientes, participación en procesos judiciales. Estos aspectos requieren la presencia del factor humano, empatía y pensamiento creativo, que a día de hoy es muy complicado recrear mediante la inteligencia artificial.
En calidad de contraargumento podemos recordar el ejemplo de un reciente estudio «a ciegas» en la Universidad de California en San Diego, durante el cual se realizaron 200 consultas mediante un chat GPT y médicos. El modelo utilizaba datos, libros e investigaciones estrictamente médicas.
Durante estas consultas la persona no sabía quién le está dando la consulta – un robot o una persona. A continuación esas consultas las valoraron expertos – otros médicos, y se obtuvo la siguiente estadística – en el 79% de los casos, el robot contestó mejor que el médico. Asimismo, el robot desde el punto de vista de los expertos, mostró mayor empatía en un 3.6 de casos.
A pesar de las ventajas y las desventajas, es una gran duda que la inteligencia artificial pueda sustituir a los juristas en el futuro. Más bien será un instrumento para mejorar la efectividad y la calidad del trabajo de los juristas. La inteligencia artificial puede ayudar a automatizar algunas tareas, proporcionar el acceso a un gran volumen de información y herramientas analíticas, pero las resoluciones finales y la toma de decisiones jurídicas clave seguirán estando en manos de profesionales jurídicos experimentados.
La verdad, como siempre, está en el medio: la inteligencia artificial y los profesionales jurídicos deben cooperar, ayudándose mutuamente en los marcos de la práctica jurídica actual.