El abogado laboralista: Su escudo en el laberinto del derecho laboral
En un mundo ideal de contratos laborales, donde ambas partes, tanto el empleador como el empleado, convivieran en armonía, cumplieran los acuerdos y nunca se defraudaran mutuamente, un abogado laboralista probablemente sería innecesario.
Imagine una escena idílica: el jefe es una persona excepcional, siempre comprensivo, paga los salarios generosamente y a tiempo, mientras que los empleados, a su vez, trabajan incansablemente, rebosantes de ideas brillantes.
Sin embargo, como se suele decir, soñar no cuesta nada... La realidad, por desgracia, está lejos de ser ideal. Las relaciones laborales son siempre una especie de juego de equilibrio de intereses, donde incluso el malentendido más inocente puede convertirse en un grave conflicto. Esta es la razón por la que los abogados laboralistas tienen tanta demanda en el mercado de los servicios jurídicos.
Cuándo hacer sonar la alarma
Si usted es un empleador, probablemente se ha encontrado con situaciones en las que las nubes de tormenta de las disputas laborales se cernían en el horizonte.
Estos son sólo algunos ejemplos:
- Un empleado despedido "por causa justificada" decidió repentinamente recuperar su trabajo y reclamar una indemnización por despido improcedente.
- Un valioso especialista se marchó a la competencia, llevándose consigo la cartera de clientes y los secretos comerciales.
- Se está gestando una huelga en la empresa y usted no sabe cómo actuar dentro del marco legal.
Si usted es un empleado, tampoco debe bajar la guardia.
Estas son sólo algunas de las situaciones típicas en las que se necesita el asesoramiento de un experto legal:
- Ha sido despedido injustamente y no se le han pagado las indemnizaciones que le corresponden.
- Su empleador le retrasa el pago del salario y a todas sus reclamaciones sólo responde con promesas vacías.
- Le obligan a trabajar horas extras y fines de semana sin pagarle las horas extraordinarias.
En estas situaciones es importante no entrar en pánico, no tomar decisiones precipitadas y buscar el asesoramiento de un profesional. Un abogado laboralista analizará cuidadosamente su situación, recopilará los documentos necesarios, elaborará una estrategia ganadora y le ayudará a defender sus intereses en los tribunales.
Los servicios de un abogado laboralista no son un lujo, sino una necesidad
Mucha gente piensa que los servicios de un abogado son demasiado caros y que sólo los ricos o las grandes empresas pueden permitírselos.
¡Esto es un error muy común! En realidad, buscar asesoramiento legal a tiempo es una inversión que puede ahorrarle mucho dinero, tiempo y disgustos en el futuro.
Recuerde: ¡la ley está del lado de quienes conocen sus derechos y saben cómo defenderlos!